Seguir esta simple guia es sobre todo útil cuando se trata de alguna planta de orígen local, que vemos crecer en la zona en la que vivimos y quizás (o probablemente) no figure en las enciclopedias de usos mágicos que pueden conseguirse.
Si deseas familiarizarte con la magia de una flor, esto es lo que puedes hacer:
Si deseas familiarizarte con la magia de una flor, esto es lo que puedes hacer:
Mira a tu alrededor y encuentra la flor que más te atrae en ese momento, no necesariamente la que más te guste, sino aquella por la que te sientas más interesado. A continuación reune todas las flores que puedas de esa especie. Si es posible llena tu casa con ellas, sino al menos llena una habitación, sobre todo tu espacio mágico, en el periodo en que estés estudiando esa flor en particular.
Si esto no te resulta práctico, al menos asegúrate de tener un ejemplar de la flor en tu espacio mágico o altar durante 3 días. En ese tiempo, asegurate de hacerte pequeños momentos para estar con las flores. Alcanza con varios minutos al día, cada vez que puedas.
Cuando estés con la flor, manténte en silencio. Ábrete a lo que la flor tenga para darte. Percibe su fragancia, todas las flores tienen algún aroma aunque hoy en día muchos de los aromas originales, debido a la contaminación, se han ido perdiendo o disminuyendo, asi que presta atención.
Contempla la flor y observa cuidadosamente todos sus detalles, tamaño de los pétalos, pistilos, colores, formas, variaciones que pueda ir sufriendo con el paso del tiempo, etc. Pero en especial, sé receptivo a cualquier emoción que el aroma o la imagen de la flor te despierte. Cualquier recuerdo que esto evoque debe ser anotado con detalle en un cuadernito que deberás tener a mano. En la hoja anota el nombre de la flor, y debajo puedes agregar un dibujo a mano, fotografías o gráficos, junto con tus primeras reacciones a esa flor, tus pensamientos y lo que sea que te evoque. Día tras día podrás sentir lo que la flor quiere expresar, más profundamente.
También puedes recurrir a un buen libro de botánica, y reunir alguna información sobre el orígen de la flor, su periodo de floración, usos medicinales y cosméticos, entre otros datos que puedas recabar.
Asimismo, presta atención a cualquier leyenda o tradición que involucre a esa flor y anota lo que más capture tu atención. Eso sí, asegurate de hacer todo esto a lo último, puesto que no debe influir en tu propia percepción de la relación entre tu y la flor.
Con todos estos datos, ya puedes dejar que tu intuición te guíe para saber en qué tipo de rituales y hechizos se puede emplear esa flor con la que estás trabajando. Si una flor te despierta una fuerte sensación de plenitud, quizás pueda utilizarse en un conjuro para la fertilidad o la armonía, en conjunción con otras hierbas.
Una vez que hayas decidido los usos mágicos de una flor determinada, pon manos a la obra. Anota en ese mismo cuaderno los resultados de los hechizos en los que la utilizaste, qué ocurrió, qué pretendías que ocurriera y todo lo que te resulte útil. Con la práctica, el ensayo y error, podrás ir completando tu propia enciclopedia de flores mágicas.
Estos consejos, se pueden seguir del mismo modo para descubrir o redescubrir los usos mágicos de aceites esenciales o hierbas secas o frescas.
Si esto no te resulta práctico, al menos asegúrate de tener un ejemplar de la flor en tu espacio mágico o altar durante 3 días. En ese tiempo, asegurate de hacerte pequeños momentos para estar con las flores. Alcanza con varios minutos al día, cada vez que puedas.
Cuando estés con la flor, manténte en silencio. Ábrete a lo que la flor tenga para darte. Percibe su fragancia, todas las flores tienen algún aroma aunque hoy en día muchos de los aromas originales, debido a la contaminación, se han ido perdiendo o disminuyendo, asi que presta atención.
Contempla la flor y observa cuidadosamente todos sus detalles, tamaño de los pétalos, pistilos, colores, formas, variaciones que pueda ir sufriendo con el paso del tiempo, etc. Pero en especial, sé receptivo a cualquier emoción que el aroma o la imagen de la flor te despierte. Cualquier recuerdo que esto evoque debe ser anotado con detalle en un cuadernito que deberás tener a mano. En la hoja anota el nombre de la flor, y debajo puedes agregar un dibujo a mano, fotografías o gráficos, junto con tus primeras reacciones a esa flor, tus pensamientos y lo que sea que te evoque. Día tras día podrás sentir lo que la flor quiere expresar, más profundamente.
También puedes recurrir a un buen libro de botánica, y reunir alguna información sobre el orígen de la flor, su periodo de floración, usos medicinales y cosméticos, entre otros datos que puedas recabar.
Asimismo, presta atención a cualquier leyenda o tradición que involucre a esa flor y anota lo que más capture tu atención. Eso sí, asegurate de hacer todo esto a lo último, puesto que no debe influir en tu propia percepción de la relación entre tu y la flor.
Con todos estos datos, ya puedes dejar que tu intuición te guíe para saber en qué tipo de rituales y hechizos se puede emplear esa flor con la que estás trabajando. Si una flor te despierta una fuerte sensación de plenitud, quizás pueda utilizarse en un conjuro para la fertilidad o la armonía, en conjunción con otras hierbas.
Una vez que hayas decidido los usos mágicos de una flor determinada, pon manos a la obra. Anota en ese mismo cuaderno los resultados de los hechizos en los que la utilizaste, qué ocurrió, qué pretendías que ocurriera y todo lo que te resulte útil. Con la práctica, el ensayo y error, podrás ir completando tu propia enciclopedia de flores mágicas.
Estos consejos, se pueden seguir del mismo modo para descubrir o redescubrir los usos mágicos de aceites esenciales o hierbas secas o frescas.
Fuente: "Magia natural", de Marina Medici. Editorial Robinbook.
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