Hoy estaba preparándome una buena taza de té chai y el aroma me puso a pensar en esas ollas aromáticas que preparaba hace tiempo, en las que ponía a hervir distintas hierbas hasta que el agua se evaporaba, para que el aroma impregne la cocina, el corazón de la casa, y así purificar todo.
Es una limpieza mediante vapor en lugar de mediante humo. Recomendado para quienes sufren de alergias y no soportan el humo, pero gustan de los aromas.
Pero volviendo al té. Hay muchísimas recetas de té chai. La que yo preparo tiene los siguientes elementos:
- 6 tazas de agua
- 3 tazas de leche
- Té negro en hebras. Aproximadamente una cucharada o un poquito más. Depende de qué tan intenso les guste su té.
- Canela -prosperidad, purificación-
- Cardamomo -amor, pasión-
- Vainilla -amor, pasión-
- Anís -protección-
- Jengibre -protección, prosperidad-
- Miel o azúcar para endulzar.
Los pasos a seguir son los siguientes:
1. Hervir el agua a fuego lento con las hierbas (todas en cantidades necesarias, a gusto de cada uno. Pueden ser frescas o secas, y la vainilla puede ser esencia artificial puesto que las vainas naturales son muy costosas) durante unos 15 minutos para permitir que las hierbas desprendan todo su sabor y aroma.
2. Sin retirar del fuego, añadir las hebras de té, la leche y lo que sea que utilicen para endulzar. Dejar en el fuego unos minutos más hasta que la leche tome temperatura y el azucar o miel se funda perfectamente.
3. Retirar del fuego y colar con un filtro de café o un pedacito de tela de algodón.
Me pareció una bebida curiosa, más allá de su delicioso aroma y sabor, y creo que podría servir perfectamente como bebida ritual, en especial para sabbats invernales (¡La mezcla de especias lo hace entrar en calor a uno!) pero también podría ser ideal para Beltane.