Ritual de purificación general:
Momento del día: Por la noche.
Día de la semana: Domingo, durante el mes de enero.
Fase de la Luna: Luna nueva.
Elementos necesarios:
- Velón/es que puedas tener encendido/s durante 13 días con sus noches.
- Aceite de violetas o perfume de tu agrado.
- Lapicera roja.
- Papel de pergamino.
- Ramitas de abedul o de algún árbol de tu región.
Recuerda que éste es el momento del año en el que más nos atrevemos a fantasear sobre el futuro, y por lo tanto, lo atraemos a nosotros.
Escribe con tinta roja en un pergamino blanco, las cosas que quieres, concretando todo lo que puedas. Si no tiene ningún altar en casa, busca un lugar que consideres especial.
Ahora necesitarás una vela blanca que pondrás en un recipiente de cristal y dejarás encendida durante 13 días y 13 noches (teniendo esto en cuenta debe ser un velón bastante grande, de no conseguir uno puedes utilizar dos o tres velones más pequeños).
Coloca tu lista de deseos en tu altar debajo de la vela, la cual habrás ungido con aceite de violetas o con tu perfume favorito.
Humedece la lista con un poco de saliva para reforzar el vínculo que te une a ella. Decora tu hogar con ramitas de abedul y coloca también algunas sobre el altar para utilizarlas durante el hechizo.
El abedul es característico del norte de Europa, sino puedes conseguir sus ramitas, no te preocupes, también servirán las ramitas de un árbol que te agrade y que encuentres en tu zona.
Toma una ducha caliente para abrir los poros de la piel, acércate al altar, coge las ramitas y date pequeños toques en el cuello con ellas, mientras dices:
“Me purifico de pensamientos derrotistas,
Me purifico de viejos esquemas de pensamiento.
Me purifico de mi pasado.
Que mi espíritu entre en una nueva vida
Como la savia penetra en el (árbol cuyas ramas estés usando)”
Luego golpea tu plexo solar de la misma manera y di:
“Me purifico de la soledad.
El amor vendrá a mí
Como la nueva vida de la madre”
La vitalidad vendrá a mí
Como nueva vida procedente de la madre”
Empezando por el este y siguiendo el sentido de las agujas del reloj, ve hacia todas las esquinas de tu casa y da unos golpecitos con las ramas sobre las paredes, los muebles, etc. expulsando los restos del año que ya ha pasado. Después, quema las ramas en una chimenea o al aire libre. No es necesario repetir lo mismo todas las noches; simplemente medita junto a una vela. Al cabo de doce días, cuando la vela de los 13 días esté a punto de consumirse, quema el pergamino en su llama. Ahora te has purificado y estás a punto de recibir las bendiciones que vendrán.
Fuentes: "Cada día es una fiesta", de Zsuzsanna Budapest.
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