Las Diosas lunares y las hierbas~

Artemis:

Artemis es una doncella, que por lo general es llamada Virgen, término que denota que ella pertenece sólo a sí misma. Se rumoreaba que Artemis tenía amantes, tanto hombres como mujeres, pero de acuerdo a la mitología, sus amantes por lo general tenían un final triste. Artemis y su contraparte romana, Diana, están asociadas con la Luna creciente. Esta cazadora divina es invocada para asistir en los partos, para proteger a las mujeres de la violencia, para el coraje y para ayudarte a reunir fuerzas al momento de ser tu mismo y seguir tu propio camino. Está asociada con las siguientes hierbas lunares: margarita, artemisa, mirto y la palma datilera. A esta diosa también se la asociaba con los avellanos, los sauces y los cipreces.

Selene

Selene, también llamada Luna en el panteón romano, representa la faceta de madre y es la diosa de la Luna llena. Es una diosa protectora de las brujas y los practicantes de Magia en general. También, es conocida por su rápida, práctica y sutil ayuda durante los trabajos mágicos. Selene está asociada con las siguientes hierbas mágicas: rosas blancas completamente abiertas, campanillas, jazmines, lunarias y la enredadera Ipomoea alba, que sólo florece de noche. Ésta última, es ligeramente tóxica, asi que debes tener cuidado cuando trabajes con ella, y debes mantenerla fuera del alcance de los niños.

Hecate

Hecate, la Anciana, es la diosa grecorromana guardiana y patrona de las brujas. Ella todo lo ve y es sumamente sabia. Hecate es una triple diosa, y como tal, tiene 3 rostros; puede aparecer como una delicada joven, una atractiva matrona o una anciana con cabellos plateados. Invoca a esta diosa para obtener sabiduría, conocimiento y protección. Hecate está asociada a estas hierbas: menta, ajo, diente de león y ciclamen. A su vez, se le relaciona con el roble y el sauce, asi como también con muchas plantas venenosas, por ejemplo el acónito, la belladona, la mandrágora y la cicuta. Estas últimas 4 hierbas a veces son llamadas "funestas", es decir, pueden provocar la muerte por su toxicidad, asi que no es cuestión de juego andar tratando con ellas.

Fuentes: "Herb magic", de Ellen Dugan. Editorial Llewellyn.