Inciensos combustibles:
Contienen nitrato de potasio (salitre) que facilita la combustión.
Se puede moldear en forma de bolitas, conos, varillas y otras figuras.
Si bien la creación de inciensos combustibles no es una tarea sencilla, persiste, practica y serás recompensado cuando logres quemar una de tus propias varillas de incienso.
El ingrediente básico de todos los inciensos moldeados es la goma de tragacanto. El tragacanto puede conseguirse en algunas herboristerías; en el pasado se conseguía en farmacias. Es bastante caro, pero una cantidad pequeña te durará muchos meses.
Para fabricar pegamento de tragacanto, echa una cucharadita de la goma en un vaso de agua templada. Remuévelo hasta dispersar todas las partículas. Para facilitar esta operación, es conveniente echarlo en un recipiente y batir la mezcla con un batidor. Se producirá algo de espuma, pero es fácil quitarla o dejar que desaparezca. La goma de tragacanto es un material muy absorbente; 30 gramos (una onza) absorben más de 3 litros y medio de agua en una semana.
Deja que el tragacanto absorba el agua hasta que la mezcla se convierta en una pasta espesa de olor agrio. La consistencia de la mezcla dependerá del tipo de incienso que desees obtener. Si deseas fabricar varillas, la mezcla habrá de ser bastante fina. Para fabricar pastillas o conos hay que elaborar una goma más espesa. Aqui es donde la poráctica tiene mucho que ver. Después de hacerlo una o dos veces sabrás cuál es la consistencia ideal de la goma.
Si no logras encontrar tragacanto, prueba de usar goma arábiga en su lugar. Este material también absorbe mucha agua.
Cuando hayas preparado el pegamento, cúbrelo con un paño húmedo y guárdalo. Continuará espesando mientrás esté en reposo. Si espesara demasiado, añade un poco de agua y revuelve con insistencia.
A continuación, prepara la base del incienso. No todas las fórmulas sirven para la elaboración de inciensos combustibles; en realidad, la mayoría de las fórmulas más conocidas sirven para preparar inciensos incombustibles. Afortunadamente, si añadimos el incienso a una base, el resultado es satisfactorio. Aqui tenemos una fórmula estándar para la preparación de la base de un incienso:
Base de un cono de incienso:
- 6 partes de carbón de leña (que no sea autoinflamable)
- 1 parte de benjuí triturado
- 2 partes de sándalo triturado
- 1 parte de raíz de lirio (fija el perfume)
- 6 gotas de aceite esencial (utiliza el aceite de uno de los ingredientes del incienso)
- 2 a 4 partes de una mezcla de incienso cargado de poder
Añade de 2 a 4 partes del incienso que hayas preparado y cargado de poder. Mezcla bien todo con tus manos. Luego pesa la mezcla en una balanza de cocina y añade un 10% de nitrato de potasio (es decir, si tu mezcla pesa 250 gr. añadirás 25 gr. de nitrato de potasio). Remueve bien hasta que el polvo blanco del salitre se haya mezclado por completo.
No debe haber más de un 10% de salitre. Si se añade más, el incienso se quemará muy rápido; si añades de menos, puede que el incienso no llegue a arder.
El nitrato de potasio se puede conseguir en las droguerías y farmacias.
A continuación, añade el pegamento de tragacanto, cucharadita a cucharadita. Mézclalo con los demás ingredientes dentro de un recipiente, hasta que todos los ingredientes queden humedecidos. La textura ha de ser espesa, semejante a una masa. Ahora bien, si espesara demasiado no podría adoptar una forma cónida y tardaría muchísimo en secar.
Da forma cónica a la mezcla sobre un papel encerado. Haz conos iguales a los que probablemente hayas comprado alguna vez.
Cuando hayas terminado de darles forma, déjalos secar de 2 a 7 días en un lugar caliente (cerca del horno, por ejemplo).
Para hacer las varillas, debes añadir más pegamento de tragacanto para volver a la mezcla más espesa. Toma unas varillas de madera que hayas comprado (funcionan muy bien varias pajas de una escoba juntas, palitos de brochets o finísimos listoncitos de madera que hayas conseguido) y sumérgelas de a una en la mezcla; deja que reposen unos minutos y luego vuelve a sumergirlos en la mezcla. En general esto te llevará bastante tiempo, puesto que hay que sumergirlas varias veces.
Inciensos no combustibles:
No contiene salitre, para quemarlo se vierte sobre pastillas de carbón vegetal o de los combustibles que se encuentran en las santerías y demás tiendas de artículos esotéricos.Es el más utilizado en la Magia por su practicidad, es más fácil de elaborar (se majan las hierbas, resinas y/o flores en el mortero y ¡voilá! Incienso listo para usar).
También son más útiles, en comparación a los combustibles, para ser quemados durante ritos adivinatorios o de evocación, puesto que en éstos es menester que se formen nubes de humo onduladas; con los inciensos combustibles esto no es posible, puesto que arden a un ritmo constante y los efectos no son los mismos que con el otro tipo de inciensos.
Todos los ingredientes deben estar finamente triturados o pulverizados (a mano con el mortero o con un triturador electrico o molinillo de café).
Una vez que tengas todo, pon los distintos polvillos en un recipiente de madera -siempre primero van las gomas y resinas, luego añade las hierbas y flores- o cerámica y mezcla todo con tus manos, visualizando tu objetivo y transmítele tu energía a la mezcla.
Por último, añade los aceites o líquidos (miel, vino) que figuren en la receta que estes preparando. Suele bastar con unas gotas.
Con respecto a los aceites, hay que señalar que si la receta se compone de una cantidad suficiente de ingredientes secos puedes sustituir alguna hierba que te falte por un aceite de esa hierba. Asegúrate de que el aceite sea esencial.
Ya se ha elaborado el incienso totalmente. Cárgalo de poder y habrás terminado. Debes conservarlo en un tarro cerrado herméticamente. Pon una etiqueta en la que aparezca el nombre del incienso y su fecha de elaboración, para llevar un registro y que no haya confusiones a futuro.
Fuente: "Inciensos, aceites e infusiones. Recetario mágico", de Scott Cunningham. Editorial Llewellyn.
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